HOLOGRAMAS
A pesar de todo y de todos los avances logrados durante los últimos cincuenta años, la holografía tiene todavía mucho o casi todo el camino por recorrer hasta llegar a la perfección del holograma mencionado con el que interactúa el actor Ryan Gosling en “Blade Runner 2049". En este como en otros muchos campos, el cine, la literatura, la ciencia ficción en general, van muy por delante de su tiempo. La historia está plagada de ejemplos: es posible que sean las mismas artes las que tienen que servir de empujón necesario para que los desarrollos tecnológicos que vamos conquistando tengan la velocidad que tienen, de la misma forma que los viajes al espacio hayan abierto el camino a muchas tecnologías de uso doméstico que utilizamos a diario.
Hasta hace poco, el cine era, ha sido, donde veíamos de una forma gráfica algunos ejemplos de la capacidad y futuro que tiene la holografía. Tan sólo desde hace unos años, la realidad virtual y el Metaverso han puesto en primer plano el potencial casi infinito que tiene. Si a ello le añadimos los progresos en AI, Inteligencia Artificial, nos encontramos ante los avances tecnológicos que dominarán cualquier faceta de la vida del futuro. Dentro de unos años, todo lo que hagamos estará determinado por la evolución de estas tecnologías.
“Alice Harper y la revolución androide”, ambientada en 2054, recoge, se aprovecha de algunos de estos avances para situar al lector en un futuro inmediato en el que conviviremos, día a día, con todo ello. De una u otra forma, mediatizarán nuestra vida. Y ello en aspectos tan cotidianos como la forma que tendremos de conectarnos a internet. En principio, ni siquiera necesitaremos un teclado. La inteligencia artificial nos “escuchará” y lo hará todo por nosotros. Sólo tendremos que hablarle al "ordenador" y tendremos las respuestas que queramos. Sea lo que sea. Simplemente.
Y en ese momento, jugará un papel importantísimo la holografía. El buscador, saldrá del ordenador y se sentará con nosotros en el salón de nuestra casa y podremos pedirle, cara a cara, las explicaciones que queramos del tema que necesitemos. Y no sólo eso. El buscador, su holograma, tendrá la forma que nosotros hayamos elegido: un artista famoso, un ídolo de juventud, un Albert Einstein… Las posibilidades serán infinitas como infinitos serán las opciones que tendremos al alcance de la mano. Será el buscador perfecto para todo. Incluso un entretenimiento en esas tardes aburridas en las que no sabemos qué hacer. En esos momentos, será un interlocutor con quien hablar, porque tampoco será un ente impersonal. No será un psicólogo, pero sí alguien con quien mantener una conversación del nivel que queramos, porque él/ella lo sabrá todo de todo, será todo internet "en persona".
Fragmento de "Alice Harper y la rebelión androide", capítulo 13
“Amigos, permitidme, de nuevo, un poco de historia. Posiblemente no sepáis que en el segundo tercio del siglo XXI se había comercializado un nuevo sistema de búsqueda en la nube, popularizado y conocido con el nombre de Doctor Drover. A partir de él, aparecieron muchas variantes. Se trataba de un buscador que el usuario modificaba a partir de ciertas aplicaciones secundarias y que cambiaba según las preferencias del internauta. Una vez instalado y personalizado, el espía se visualizaba en la pantalla como un androide, un personaje, o con la apariencia de cualquier animal de compañía, según las preferencias. Desde ese momento, el usuario podía comunicarse verbalmente con el espía y realizar peticiones de búsqueda. Doctor Drover tenía acceso a todas las bases de datos e informaciones abiertas en la nube. De esta forma, cuando recibía una orden de búsqueda, podía facilitar el resultado manteniendo una conversación en tiempo real con el usuario.
Años más tarde, dejaron de publicarse libros físicos y la perfección del espía llegó con el Doctor Drosite, la versión en holograma. Era un avance más. Desde luego que sí. Era más divertido, como estar acompañado en casa por alguien virtual, casi real, que te ayudaba a resolver dudas o te daba la solución a cualquier pregunta. En esas tardes de no saber qué hacer, llegaba a ser alguien con quien pasar el rato. El espía podía estar sentado en una butaca o paseando por el salón, mientras el usuario dialogaba con él. El holograma podía representar el sujeto, animal o persona, que se quisiera, desde un Albert Einstein hasta el personaje más popular del momento. Esos fueron los inicios de lo que hoy día, 2059, con ciertas modificaciones y otros avances, se presenta como Míster Dromule. Así, con ese nombre entre otros, es como todos lo conocéis...”
(Reflexión al lector a cargo de Arthur, el androide de la familia Harper,
el narrador del relato.